A fines del último campeonato de 2005, cuando por ese entonces el técnico era Franzoni, viviamos un momento no muy grato en lo futbolistico: de los últimos 11 partidos Lamadrid había ganado tan solo 1.
Todos esperabamos un cambio, pero con el correr de los partidos ese cambio tan esperado no se encontró, y como ya es común, la gente se comenzó a fastidiar, comenzaron a bajar los insultos desde las tribunas, y los activistas de la semana "trabajaron" en pos de un cambio de rumbo.
Así fue como en el camino de esos 11 partidos quedaron algunos jugadores (Latrechiano, Scalenghe, Barrone, Barrios, etc.) por decision del DT.
Esto no fué suficiente, ya que los magros resultados continuaron, por lo que los insultos se intensificaron junto con el pedido de "pone a los pibes..." o "saquense la camiseta...".
Evidentemente la gente estaba pidiendo un cambio más radical, hartos de los "caballos cansados". Pedián a los chicos del club.
Terminada la era Franzoni era turno de Marchesi.
Este no desconoció el problema arrastrado y comenzó a formar equipos con significativa presencia de juveniles (como es su estilo), saciando así lo que la gente estaba pidiendo.
Era una apuesta difícil, pero ese pasado de caballos cansados parecía habernos explicado que las revoluciones se hacen con cambios, y que para llegar a un buen puerto seguramente deberíamos pasar algunas tormentas. Nuestros pibes necesitarían de mucho apoyo para afrontar las primeras logicas derrotas, típicas de la inesperiencia. Pero ahi estabamos nosotros, los que pedimos un cambio, los que pedimos a esos chicos, para ponerles el hombro. Va, eso parecia.
Pero como este fútbol está inmerso en una vorágine canival (porque se devora a los hombres), nos olvidamos rapidamente de aquellos suplicos de meses atrás, y traicionamos nuestra palabra. Pedíamos resultados ya. Y, una vez más, volvieron los insultos.
Entonces? Acá me pierdo. Cuando perdemos 3 o 4 partidos pedimos a los pibes, comprometiendonos con la causa, y si estos pibes no lográn resultados inmediatos exigimos la formación de un equipo de hombres, competitivo y que pelee arriba?
¿Y cuando ese equipo de hombres pierda 3 o 4 partidos que diremos? ¿que vuelvan los pibes?
Comenzará un nuevo torneo. Parecería que con cambio de timón y de marineros. Esperemos que esta sea la solución mágica que tanto parecen buscar algunos, y que comencemos a ser un poco más responsables en nuestro rol de hinchas.
